jueves, 7 de agosto de 2008

INFLUENCIAS DE LA IGLESIA EN LA EDAD MEDIA

En el siglo VIII, Pepino el Breve, hijo de Carlos Martel, considerado defensor de la cristiandad, por impedir el avance de los pueblos musulmanes sobre el reino de los francos, obtuvo la corona, e inauguró la dinastía carolingia, con el apoyo del Papa, a quien los francos se comprometieron a ayudar para repeler a los lombardos.

Con la asunción de Carlomagno, en el año 800, como Emperador, coronado por el Papa, y la construcción de un nuevo imperio en Occidente, se estableció un mutuo acuerdo de sendas autoridades entre el papa y el Emperador, transformándose el último en el brazo armado de la Iglesia.

Luego de la muerte de Carlomagno y de su hijo, Luis el Piadoso, en el año 843, por el Tratado de Verdún, el imperio se dividió en tres partes, desintegrándose el imperio carolingio, pero no la autoridad del Papa, que la ejerció sobre todo el territorio.

Tomando como modelo la organización administrativa romana, la Iglesia se dividió en provincias y diócesis. Los Papas, considerados sucesores del apóstol San Pedro, y cabezas de la Iglesia, fijaron su residencia en Roma.

La autoridad religiosa contaba para asegurar su autoridad, con dos instrumentos: la Excomunión, por la cual podía excluir de su seno a quienes no la obedecieran, y la Inquisición, cuyos tristemente famosos tribunales, realizaban juicios a los sospechosos de herejías que eran condenados a penas crueles, como la muerte en la hoguera.

El clero se dividía en secular y regular. El primero, formado en su mayoría por la aristocracia romana, dependía de un obispo. Inserta en un sistema feudal, la Iglesia misma recibía feudos de nobles o del emperador, a los que debían rendir juramento de fidelidad, y permitírseles el nombramiento de obispos y párrocos.

El segundo estaba formado por monjes, que vivían de acuerdo al monacato, forma de vida espiritual que los recluía en los monasterios, alejados de la vida mundana, bajo normas estrictas. Un ejemplo, fueron las impuestas por San Benito de Nursia, en Italia, a los monjes de Monte Casino, que imponía entre cosas, comer en silencio, reglas que fueron rápidamente imitadas.

En el siglo XI, el Papa Gregorio VII, realizó una reforma religiosa para fortalecerla, e imponer la autoridad del Papa sobre cualquier otro poder, además de dotar a la iglesia de un cuerpo legal propio, que originó el Derecho Canónico. Esto enfrentó a la autoridad eclesiástica con el Emperador por el poder, en la Querella de las Investiduras, hasta la firma del Concordato de Worms, en el siglo XII, donde se definieron las atribuciones de ambos poderes.

Nacieron en este período dos órdenes religiosas con gran influencia en Europa: la de Cluny y la de Císter.

La de Cluny fue organizada bajo el estricto cumplimiento de la regla de San Benito, que se basaba en la confesión pública de los pecados, el silencio, la oración, combinada con el trabajo manual y la repetición de los salmos. Nació en el año 910, cuando el duque de Aquitania, conocido como Guillermo el Piadoso, fundó un monasterio en la localidad de Cluny, bajo la protección directa del Papa, con el fin de evitar que cayera bajo la autoridad del obispo local, ya que consideraban al poder temporal subordinado al espiritual. Como ejemplo de este movimiento religioso podemos mencionar a Hlldebrando, que luego fuera, el Papa Gregorio VII.

EN LA EDAD MEDIA LOS QUE TENIAN MAS PODER DE JURIDICCIÓN ERAN LOS PAPAS ELLOS ERAN LOS QUE ELEGIAN REY T ADEMÁS SE DIVIDIERON EN PROVINCIAS CON PAPAS CADA UNA DE ELLAS.

Invasiones de los pueblos germanos sobre el imperio romano


LAS GRANDES INVASIONES BÁRBARAS

Durante decadencia del Imperio Romano, fueron muchos los pueblos bárbaros (extranjeros) que, aprovechando las disidencias internas, se aproximaron a sus fronteras y se establecieron en ellas, presionando en forma permanente para entrar. Si bien las legiones romanas contuvieron todos los intentos realizados, los bárbaros lograron penetrar lentamente entre los siglos I y IV, y establecerse en el interior, hasta que, finalmente, empujados por otros pueblos, lo hicieron en forma violenta.

Estos pueblos fueron:

Los germanos, de raza blanca, establecidos desde el río Rin hasta el Oder, entre los cuales se encontraban los trancos, anglos, alamanes, suevos, borgoñones, daneses, sajones, lombardos, hérulos, vándalos y visigodos, estos últimos divididos en ostrogodos, o godos del Este; y visigodos, o godos del Oeste.

Los eslavos, también de raza blanca, que se ubicaron en el valle inferior del Danubio, en Bohemia y a orillas del rio Vístula, integrados por los venetos, polacos, eslavones, servios, moravos, bosníacos y croatas

Y, por ultimo, los tártaros o mogoles, en su mayoría de raza amarilla, entre los cuales sobresalían los hunos (hiung-un), y quienes derivaron de la mezcla de razas, como loS fineses, lapones, avaros, búlgaros y húngaros o magiares.

Los germanos constituían un pueblo de raza blanca, de ojos azules y cabellos rubios, que sobresalían por su alta estatura y su físico robusto. No vivían agrupados en ciudades, sino en chozas que se encontraban dispersas por el campo aunque distribuidas según las tribus a que pertenecían. Sus actividades principales eran el pastoreo y la agricultura. Elegían sus jefes entre los guerreros más valientes y los obedecían ciegamente. Muchos germanos militaron en las legiones romanas.
Los germanos teman arraigados los sentimientos de libertad, justicia y dignidad personal. Creían en Odín o Wotan, padre de los dioses, de carácter guerrero, que vivía en el paraíso o Walhala, acompañado por dioses menores, como Freijo, esposa de 0dm, señora del amor y de la muerte, y Donar, hijo de ambos, dios del trueno y la tempestad. El Walhala era un lugar de eternas delicias al que iban aquéllos que en vida habían tenido un buen comportamiento y los que morían en el curso de la guerra, conducidos por las valkirias, diosas también guerreras.

Cuando los hunos atravesaron los montes Urales y empujaron con su presencia a los pueblos radicados en la zona adyacente, provocaron un desbande general de todos los pueblos situados entre los ríos Rin y Danubio.

A partir del siglo I comenzaron a cruzar las fronteras del Imperio Romano, en busca de tierras y botín. No perseguían con ello la destrucción del imperio, ya que consideraban al Estado romano como una admirable organización política, en la que pretendían obtener un lugar. Antes de su caída, el imperio fue incorporando numerosos grupos de germanos como soldados o como colonos. Ellos se comprometían a defender las fronteras, a cultivar las tierras y a reconocer la autoridad del emperador.

Pero en el siglo V este avance pacífico se convirtió en incontrolable para los romanos. Esta irrupción violenta se debió, entre otras cosas, al ataque de un pueblo de Europa oriental, los hunos, que empujó a los germanos hacia el Oeste. Las invasiones germanos al Imperio Romano fueron entonces emigraciones en masa para huir de un terrible enemigo, pero esta vez saquearon las zonas recorridas y respetaron solamente la autoridad de sus jefes; contribuyeron, quizá sin quererlo, al derrumbe de la organización imperial.

Los invasores más importantes se asentaron en el antiguo territorio romano y formaron diversos reinos. Los principales pueblos germanos que se asentaron en el imperio fueron: los ostrogodos, los visigodos y los francos

Los pueblos que invadieron roma lo hicieron con ingenio por la razón que no querian ser descubiertos por los romanos tan rapidamente y asi pudieron derrocar al imperio romano de poco